Por Carlos Fernando Salazar S., de CFS Investigaciones Estratégicas, compañía de consultoría en temas de Investigaciones, Riesgos y Servicios Forenses, con sedes en Bogotá, Barranquilla, Panamá y Miami.
El paradigma de orden y disciplina de los alemanes sufrió un gran golpe con lo sucedido a la Fintech WIRECARD, dedicada al procesamiento de pagos online, cuya perspectiva era la de posicionarse a nivel global, tal y como lo habían logrado empresas del software corporativo como SAP, y que había atraído inversionistas del calibre de Orange, del Bayer de Múnich, el fondo de inversión soberano de Abu Dhabi, SoftBank y el Deutshche Bank, haciendo crecer rápidamente el valor de sus acciones en bolsa. Sin embargo, todo terminó en un gran fiasco cuando, a mediados de 2020, la empresa se declaró en insolvencia, lo que desencadenó la caída estrepitosa del valor de sus acciones; y cuando, después, como resultado de una auditoría forense, se evidenciaron graves fallas en sus estructuras de control, así como un faltante de 1.900 millones de euros en sus activos, con eventos como cuentas y saldos bancarios inexistentes.
